Juhannus 2006 / San Juan
Instituto Iberoamericano de Finlandia.
Madrid
22 de junio de 2006

El Instituto Iberoamericano de Finlandia en Madrid inicia una nueva etapa el próximo año 2007, coincidiendo con el fin de la dirección del profesor Timo Riiho, que a lo largo de cuatro fructíferos años inició y desarrolló numerosas actividades culturales innovadoras, especialmente los simposios de profesores y las exposiciones de exploradores finlandeses en Iberoamérica.

A continuación, incluimos en este número de Fennia [nº 17] una entrevista al director saliente y otra al segundo de a bordo –en palabras de Timo Riiho-, Daniel Silva, coordinador de proyectos culturales y científicos en esta nueva etapa del Instituto. También la animada crónica de la fiesta de verano de 2006, el marco idóneo para las despedidas y las renovaciones, al compás de los ritmos biológicos y culturales que tan bien se conjugan en Finlandia y en España. El acto se realizó en la anterior sede de la calle General Arrando.

FIESTA DE VERANO/JUHANNUS
EN EL INSTITUTO IBEROAMERICANO DE FINLANDIA

Si hay algo común entre todos los europeos, desde Tarifa, en el extremo sur, hasta Hammerfest, en el extremo norte, es la celebración de la festividad de San Juan, con sus hogueras del solsticio de verano, donde el día es más largo y la noche más corta.

Un libro de visitas vacío y una mesa repleta de copas de vino tinto y blanco indicaban que no había demasiados madrugadores.

En la sala de exposiciones se mostraban las fotografías de Martti Jämsä, ambientando en blanco y negro el verano colorista de Finlandia, con sus niños bañistas y su paisaje plano de aguas lacustres y bosques de pino y bayas.

Por las estancias se encontraban desperdigados pequeños grupos de estudiantes españoles de finés y trabajadoras del Instituto, que hacían las veces de camareras y de improvisadas profesoras de prácticas. También señoras de edad, cuya función allí no estaba clara para un observador informal.

Entretanto, las salas se iban llenando de chicos morenos y chicas rubias, hasta que hizo su aparición El Director, ataviado con su característica barba cana y vestido de capitán de barco, con unos vistosos galones que seguro que le regalaron sus amigos para recordarle en broma que en Madrid no hay playa.

Timo Riiho se presentó de esta guisa ante nosotros, entre jovial y emocionado, pues tuvo que afrontar un discurso de bienvenida y otro de despedida, con el que ponía punto final a una labor de cuatro años al frente de una de las entidades patrocinadoras de esta revista.

El prometido regalo de vodka finlandés para los más noctámbulos y resistentes se quedó en nada, pues hubo que suspender la fiesta a las 11 y media por las protestas de los vecinos, como brillante colofón de informalidad mediterránea a la gestión de un peculiar profesor marinero, que es aún más grande por su calidad humana que por su erudición.

José Luis Muñoz Mora
Junio, 2006